domingo, 25 de marzo de 2012

El crimen de Lord Arthur Saville **

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Texto de letra y canciones: Rubèn Montañá,Toni Sans.
A partir del cuento de Oscar Wilde
Música: Francesc Mora.
Intérpretes: Anna Alborch, Lali Camps, Rubèn Montañá, 
Albert Mora, Toni Sans, Maria Santallusta.
Coreografía: Lali Camps, Joan Maria Segura.
Escenografía: Enric Planas, Egos Teatro.
Vestuario: Egos Teatro.
Iluminación: David Bofarull.
Dirección: Joan Maria.
Teatro: Fernán-Gómez. (15.3.2012)
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Oscar Wilde en opereta


Calificada como musical, esta opereta es un espectáculo divertido, con una excelente puesta en escena. Una cercana farsa basada en el cuento de Oscar Wilde. Esta compañía ha contado con una rica escenografía y un precioso vestuario victoriano. Enredo entre el amor, el reproche, la infidelidad y hasta el asesinato: una juerga continua finalizada con el equivocado crimen. 
El llamado mago de El Gran Séptimo, exhibe sus poderes de quiromancia y adivinación en su teatrito: es, desde el principio, quien predecirá la tragicomedia  –cómica- con las carcajadas en el patio de butacas, y un supuesto público temeroso formado por los intérpretes. Es un personaje que aparece, repetidamente,  colaborando con los errores y los fracasos de esa familia. Difícil interpretación, excesivamente extravagante con giros, voces y canciones que a Toni Sans -autor también de parte del texto- se le han convertido en un simple grotesco, ajeno a la propia comedia.
   Las acciones transcurren en versátiles decorados, con una potente e inteligente escenografía de  dos alturas y una doble escalera giratoria, que se trasladan desde el iluminoso  teatrito de El Gran Séptimo a la mansión, a la calle, la sala o los encuentros en el salón. Se agradece aquí esta riqueza, porque salva la larga duración del espectáculo.
    Lo que más nos place es el trabajo de los actores cantantes, tanto en barítonos como en bajos, incluso cercanos al tenor. Son intérpretes que actúan con brillantez y crean a sus personajes bajo los trajes y la excelente coreografía. El enamorado y derrotado Lord Arthur de Salville, lo hace estupendamente Rubèn Montañá, que lo mismo pasa de su amor a su proyecto de asesinato. Es su prendada y encantadora Sybil, sencilla como no aristócrata, que hace disfrutar a la buena actriz y mezzosoprano Anna Alborch. Todo el reparto es impecable, como el golfo y desgraciado  que hace Albert Mora; Lali Camps canta el más enérgico y dramático texto, alternando con la fuerza de la composición ya cercana al epílogo; también destaca  María Santallusia, de modo que el elenco no tiene fallo alguno.
    Llama la atención la coreografía y, especialmente las rupturas de temas  musicales que ha creado  Francesc Mora, director también de una magnífica orquesta.
Una ambición de gran resultado, que demuestra que Arte Producción podrá montar algo más importante que esta respetable opereta. Tampoco pasaría nada si lo acortaran.
Enrique Centeno

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