lunes, 2 de mayo de 2011

Creo en Elvis *

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Autor: Mariano Rochman.
Intérpretes: Belén Quirón, Manuel Gancedo,
Rafael Delgado, Darío Paso, Nacha del Valle,
Alberto Vázquez.
Vestuario: Alejandro Hernández.
Escenografía: Marga Díez Álvarez.
Iluminación: Carlos Carpintero.
Dirección: Mariano Rochman.
Teatro: Cuarta Pared. (284.2011)
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Es esta una vieja oficina, en cuyas abandonadas paredes están sujetos pósters, recortes de prensa y el anagrama de su Company, siempre con la imagen de Elvis. Nos acordábamos del encuentro y concurso anual que en Estados Unidos celebran centenares de auténticos dobles. En esta empresa se montan grandes conciertos de “El Rey”, demostrando que el creador del rock no está muerto: Creo en Elvis. Sus dobles, bajo la directora –divertida en la mejor parte de la función la actriz Belén Quirós-, parecen –o se refieren- clones, y lo representan estupendamente los tres actores. Tiene un texto muy divertido en su comienzo, dando a conocer a estos imitadores, tanto con su habilidad como con su caricatura en el vestuario y los peluquines de patillas.
    Es una idea divertida –vacía-, y durante media hora su autor, Mariano Rochman, consigue escenas brillantes. Tanto, que podría encantarnos durante una hora más. Sin embargo, el juego de enfrentamientos, de la rebeldía de los supuestos clones cuyos chips permiten la esclavitud de la directora, comienza a perderse. Y el humor va bajando –algunos espectadores se marchaban- en cuanto surge un argumento algo vulgar y sin demasiado interés. Hay que insistir en el estupendo trabajo del reparto –en el programa de mano aparecen seis intérpretes, que no podemos relacionar  ni permite citarlos-, e incluso la hábil dirección del propio autor. Nos quedamos con todo el inicio, que sirvió como un rico aperitivo que nos dejó sin almuerzo.
E.C.

1 comentario:

Peris dijo...

Entonces, la obra es ¿buena? ¿mala? ¿sin sentido? Parece ser que el tema, que es la creencia en algo, Elvis en este caso, es el centro de la misma, y se tiene a ridiculizar indirectamente con los personajes que hacen de clones, al personaje que da nombre a la obra