martes, 18 de octubre de 2011

Una juventud europea ***

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Creación e interpretación: Nico Baixas, Mia Esteve,
Miguel Ángel González, Marco Regueiro.
Escenografía e iluminación: Gabriel Paré y María de la Cámara.
Teatro: Cuarta Pared. (3. 2.2000)
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Alternativa con nitroglicerina

Quieren estos excelentes creadores, que tomemos apuntes en una especie de clase magistral que imparten en un aula inquietante –bella escenografía-, donde han decidido que lo más conveniente es la destrucción. Abogan por la lucha armada, por la violencia, para dar fin a un mundo en descomposición; y su conferencia es de una trasgresión que va mucho más allá de la ilegalidad, para convertirse en algo verdaderamente subversivo. Se trata de una provocación a la manera que lo hiciera, en su momento, La Fura dels Baus. Es probable que la anarquía que destila este espectáculo, tras la apología de la destrucción, no se encuentre en toda la sinceridad de la compañía, porque, en ese caso, no estarían creando arte, sino poniendo bombas; de modo que habrá que tomarlo todo como una boutade, una utopía o un pretexto para la catarsis, tanto de ellos como del espectador, que disfruta muchísimo.
    En estas clases escenificadas aprendemos muchas cosas sobre la dinamita, sobre el peligro de utilizar más de medio gramo de azufre seco, de los efectos de la piroxilina y de las terribles mezclas de ácido sulfúrico con otras sustancias. Incluso reparten un prospecto explicativo entre los espectadores por si no se han podido tomar notas –la sala está iluminada, como en un aula- y se reprende al que pone gesto de no enterarse.
Nico Boixas
    En realidad es otra cosa de lo que hay que tomar apuntes, por encima del panegírico a la lucha armada o al nuevo mundo que hay que crear partiendo primero de la destrucción. Nos referimos al propio arte que en el montaje destila, porque, ciertamente, es un espectáculo original, nada contaminado, diferente a otro tipo de apuestas de las llamadas alternativas y que, en la mayoría de los casos, no hacen sino beber de las vanguardias de otros tiempos.
    En el sentido apuntado, es un espectáculo lleno de frescura, de originalidad, de creatividad muy singular. Sorprende, se admira, se disfruta con él y abre los ojos a nuevas formas: es magnífico que el Festival Alternativo haya arrancado, verdaderamente, con un espectáculo que lo es. La creatividad se extiende a una estupenda interpretación –los actores son también autores del espectáculo- y una sabia dirección, todo ello alejado de cualquier mimetismo para lograr una novedad de gran calidad.
Enrique Centeno

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